Los tipos de calderas y calentadores son muchos, pudiendo adaptarse a inmuebles más o menos grandes. Así como los calentadores están dedicados solo a la difusión de ACS (agua caliente sanitaria), las calderas pueden proporcionar tanto agua caliente sanitaria como calefacción.
Hoy en día, las empresas especializadas en estos elementos, comercializan productos que no solo ofrecen calor de calidad en calefacción y opciones para conseguir agua caliente bien regulable. También ahorran energía al estar dotados de sistemas para una aprovechamiento del propio combustible.
Podemos referirnos a varios tipos de calderas, entre ellos las estancas, cuyo funcionamiento consiste en que la combustión tiene lugar en una cámara sellada. Se trata de uno de los productos más interesantes y solventes que hay en el sector, sin embargo, resulta más contaminante que otros sistemas.
Las calderas de bajo NOx ofrecen un funcionamiento parecido al de los sistemas estancos, aunque en el caso de las de bajo NOx, resultan menos perjudiciales para el medio ambiente.
En las calderas de condensación el gas se optimiza, pues es quemado a una temperatura inferior. La combustión es aprovechada para obtener más energía, lo que hace que se ahorre en la factura. También es una de las calderas respetuosas con el medio ambiente. Una de las características de las calderas de condensación es que deben poseer un desagüe cerca para dar salida al agua que se condensa.
También puede optarse por las calderas de microacumulación. Existen calderas y calentadores que integran este sistema, consistente en un depósito de agua precalentada. Una de las principales ventajas del sistema, es que al abrir el grifo de agua caliente, esta se consigue de modo inmediato, no como ocurre en otros sistemas, en los que hay que esperar unos diez segundo hasta que el agua empieza a cambiar de tibia a caliente.
