Hoy en día se han desarrollado tecnologías capaces de proporcionar aparatos que gastan menos que los tradicionales sistemas. Los usuarios puede optar, entre otros, por calderas de tiro forzado, con un sistema de funcionamiento parecido a los atmosféricos (toman el oxígeno de la dependencia donde se encuentran para luego despedirlo al exterior). Los sistemas de tiro forzado poseen un ventilador que evacua los gases resultantes de la combustión.
Otra de las calderas más utilizadas es la estanca. Se trata de un aparato que consta de un receptáculo sellado herméticamente. La evacuación de los gases se produce mediante ventilador, y resultan más eficaces que los anteriores sistemas.
En las calderas de bajo NOx, se utiliza un procedimiento parecido al de las estancas... aunque en este caso el sistema emite pocos gases contaminantes.
Las calderas de condensación son de las favoritas para muchos usuarios y profesionales, ya que suponen un gran ahorro en la factura de calefacción y ACS. En este caso, los vapores propiciados por la combustión son aprovechados para obtener más energía.
Existen otras clasificaciones para conocer las características de los aparatos dedicados al ACS y calefacción. Es el caso de la microacumulación, un sistema que permite obtener agua caliente en cuanto se abre el grifo. Se trata de una solución especialmente cómoda, que se produce gracias a la inclusión en el sistema de un receptáculo con agua que se ha calentado previamente a la apertura del grifo.
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